Un mar de dudas [Victoire]

Sonreí con agradecimiento cuando me puso su chaqueta sobre los hombros - no tienes frío? mejor... mejor te pones la chaqueta, luego te resfriarás y James me regañará porque su golpeador estrella se enfermó por mi culpa - dije sin borrar la sonrisa - yo puedo invocar mi chaqueta, anda... no quiero que te enfermes por mi culpa - dije sonriendo con amabilidad.
- pues... de hecho en Francia hace un poquito menos de frío, pero creo que es casi igual... algún día tienes que ir... hay tantas cosas bonitas en Francia - dije pensativa

-No te preocupes, aguanto bien el frío -dije sonriendo- Los ingleses somos más duros que los franceses -reí divertido- Tenemos peores temperaturas y estamos más acostumbrados -sonreí.
-Creo que lo más bonito de Francia lo tengo delante -dije con una sonrisa encantadora. Enseguida cambie esa sonrisa por una de disculpa- Lo siento, eso fue demasiado directo -suspiré sonriendo con un brillo travieso en mis ojos.

Sonreí agradecida cuando decidió dejarme su chaqueta, la verdad hacía bastante frío y me congelaba. Aunque estar rodeada de su olor hizo que me sintiera mal por sentir esa extraña atracción que tenía por él. Escuché distraídamente lo que me decía sobre el clima y que estaban acostumbrados... sí, ya... whatever!
Cuando dijo que lo más bonito de Francia lo tenía delante, me sonrojé - merci beaucoup - susurré débilmente y cuando se disculpó, sólo pude dibujar una sonrisa nerviosa en mi rostro... estaba demasiado confundida y no sabía qué hacer... Inglaterra me hacía más mal que bien

No entendía demasiado el francés, pero eso sí lo había pillado.
-De nada -murmuré sonriendo. Me quedé mirándola largo rato sin saber muy bien qué decir, sólo perdiéndome en sus ojos.
-Sigue contándome -pedí amablemente. Volví a mirarla fijamente. En realidad sabía bastante poco sobre su vida. Ella nunca contaba nada. Claro que eso le recordaría lo mal que lo había pasado, pero de cierta manera necesitaba oirla hablar de ello, poderle decir alguna palabra que la reconfortara.

- En francés es "de rien" - le enseñé con una sonrisa - Pues Toulouse que es donde nací, es muy bonito... le dicen "La ciudad rosa" porque hay muchos edificios de ese color - comenté pensativa - aunque no hay nada como París...
Me callé por un segundo... tenía demasiados recuerdos de París - aunque Beauxbatons es muy distinto de Hogwarts... es... más lujoso, para empezar... y bueno, no tenemos bosque, pero sí una cascada con lago y muchos muchos jardines - dije recordando todo - y fuentes en los jardines... y muchas hadas... parece sacado de los cuentos muggles - sonreí

- "de rien" -repetí intentando infructuosamente sacar un acento francés. Sonreí encogiéndome de hombros.
Oí cómo hablaba de Touluse. Debía ser muy bonito. Ojalá pudiera visitarlo algún día... Con ella, claro.
-Parece bonito Beauxbatons -dije sonriendo- Aunque de momento me quedo con Hogwarts -musité- Lo echaré mucho de menos el año que viene...
La miré tranquilamente, con una sonrisa en mis labios. Que yo recordara esa era la conversación más larga que habíamos tenido sin que ninguno de los dos metiera la pata.

Reí cuando dijo "de rien" con su acento inglés - no, no, la r es diferente, no lo digas como en inglés, trata de copiar mi "r"... vamos, una vez más "de rien" - sonreí al ver cómo lo intentaba, hasta que consiguió decirlo - très bien! eso es muy bien! - dije con una sonrisa... al parecer ya podíamos hablar decentemente... sin meter la pata.
- Beauxbatons es precioso... te enamorarías de la escuela si la vieras... - cuando dijo que el próximo año extrañaría Hogwarts, traté de sonreír, sin éxito - pues... yo no sé qué hago estudiando los cursos adicionales... no van a servir de nada... - me encogí de hombros - hay cosas que ya las he visto en Beauxbatons... la mayoría - me quejé... la verdad es que no quería estar en el colegio.

Estuve practicando la r francesa hasta que me salió decentemente bien.
-Vaya, tengo una profesora excelente -sonreí mirándola. Todo parecía ir bien de momento, pero no podía evitar pensar en ella, en lo que sentía por ella.
-Los cursos adicionales son útiles -dije mirándola- Te preparan mejor, auqnue claro, es fustrante tener 19 años y seguir todavía en el colegio... -sonreí divertido.
-Pero bueno, supongo que para ser auror siempre se necesita algo más de preparación -musité.

- A mí no me parecen útiles...no estoy aprendiendo muchas cosas nuevas - dije con aburrimiento - yo sólo quiero ir a casa... pero claro McGonnagall y mis padres creen que estando aquí tienen mi cerebro ocupado en otras cosas y no en locuras - dije suspirando - pero bueno... esperemos que pronto me sorprendan con algo que no sepa - dije cambiando el tema con brusquedad.
- Auror... quieres ser Auror? yo... yo siempre quise ser sanadora y ayudar a todos los magos... aunque creo que ahora me volveré asesina de magos oscuros a sueldo - dije medio en broma, medio en serio... lo cierto es que ya no tenía idea de qué quería hacer con mi vida.

-Ellos sólo quieren lo mejor para ti -dije mirándolo. "Qué Lupin, ¿no se te ocurrió algo más convencional?" me dijo mi mente "¿Qué tal si añades, algo así como "con el tiempo te darás cuenta?" pensé sarcásticamente y sonreí con amargura.
-Bueno, sí, supongo que me gustaría ser auror -musité levemente- Mi madre lo era... -musité levemente. Me hubiera gustado conocerla, mi abuela me hablaba mucho de ella- Y mi padrino Harry también siguió ese camino... Así que supongo que seré auror -otra de las razones es que odiaba a los magos tenebrosos. Tenía razones más que suficientes para hacerlo.

Lo mejor para mí... sí claro... sólo querían que no hiciera una locura como la de hace varios meses... pero bueno, eso sólo lo sabían mamá, papá, la tía Gab, el tío Harry y tía Ginny... - sí... supongo que eso es lo que quieren... aunque quieren lo que ellos creen que es lo mejor para mí, que no es lo mismo que lo que efectivamente es mejor para mí - ya estaba empezando a enredarme y mejor me quedaba callada.
- es bueno que al menos alguien tenga claro qué hará acabando la escuela... y seguro tu mamá estará muy orgullosa de ti - dije con una sonrisa - yo no quiero trabajar en Gringotts como mis padres, es aburrido... probablemente me vaya con mi tío Charlie a Rumania a cuidar dragones, no lo sé en realidad - dije como restándole importancia al asunto... mi futuro no me importaba para nada últimamente

Sonreí levemente cuando dijo que querían lo que creían que era mejor para ella.
-En ocasiones los demás saben mejor que nosotros mismos los que nos conviene -musité lentamente- Es difícil, pero tendríamos que saber escuchar y comprender los consejos que nos dan...
Al ver que estaba empezando a sentirse mal decidí dejar ese tema.
Sonreí con cierta amargura cuando dijo que mi madre estaría orgullosa de mí.
-Bueno, mi abuela no dice lo mismo -bromeé. Mi abuela solía decirme que me esforzara más de lo que lo hacía, que era un poco vago y que si quería ser alguien de provecho tendría que aplicarme más- Cuidar dragones... Vaya... -dije sonriendo- Suena bastante divertido...

Así que su abuela no estaba de acuerdo... bueno, ya había notado que Ted era algo relajado en los estudios, aunque aún así era muy bueno... seguramente sería un excelente mago si se esforzara lo suficiente, pero no parecía muy interesado en hacerlo - yo... creo que eres capaz de lograr lo que quieres... pero simplemente no te importa mucho hacerlo o esforzarte mucho por lograrlo - confesé con sinceridad - pero claro, es la opinión de la chica nueva que apenas te conoce - sonreí ante la ironía de la frase.
Cuando dijo que lo de cuidar dragones sonaba divertido, sonreí - debe ser, aunque creo que tío Charlie no me dejaría hacer nada... él dice que es peligroso y está lleno de cicatrices y quemaduras... él no permitiría que yo, su "pequeña princesita" me metiera en un "sitio tan feo y lleno de dragones" - dije imitando la voz de tío Charlie, que siempre me regalaba miniaturas y fotos de dragones, o cosas hechas con piel de dragón, escamas de dragón y demás.

-Pues para ser la chica nueva que apenas me conoce me has definido bastante bien... -musité sonriendo. Lo cierto es que yo sabía que si me esmeraba podía conseguir bastantes cosas, pero a menudo era demasiado cómodo para hacerlo.
-Bueno, con esa apariencia de princesa de cuento no te pega mucho trabajar con dragones -sonreí levemente- Así que supongo que tu tío Charlie tiene razón... -sin darme cuenta de lo que hacía enredé un par de dedos en un mechón de su cabello, jugando con él.
-De todas formas yo creo que lo harías bastante bien -dije sonriendo. Ella era mucho más dura de lo que aparentaba. Si no fuera así no podría haber aguantado todo lo que le había pasado.

Cuando dijo que tenía apariencia de princesa de cuento, sonreí con sinceridad, pocas veces había sonreído así desde la muerte de Pierre y agradecía a Ted por lograr arrancarme esas sonrisas - bueno, él no cree que no sea capaz... él cree que podría controlar un dragón, digo, si controlo a la tía abuela Muriel... pero dice que soy demasiado bonita como para que esté llena de quemaduras y cicatrices provocadas por dragones, así que ni lo piense... que si quiero ver Dragones, él se encarga, pero nada de intentar controlarlos - dije riendo.
- Merci, Lupin - dije en francés - siempre logras mejorar mi ánimo

-Tu tío tiene razón -dije sonriendo- Tampoco me gustaría verte llena de cicatrices y quemaduras -le dediqué una amplia sonrisa y desvié la mirada hacia el horizonte.
-De rien -dije intentando poner acento francés cuando ella me dio las gracias. Me quedé mirándola fijamente a los ojos, sin poder apartarlos- Sólo intento poner una sonrisa en ese rostro que parece estar empeñado en permanencer todo el día triste -musité- Me declaro culpable de querer verte sonreir -desvié la mirada con una pequeña sonrisa.

Me sonrojé un poco cuando dijo que no quería verme llena de cicatrices y quemaduras, pero me recompuse al instante, cuando respondió en francés sonreí... lo había hecho bien - Très bien, Lupin! - lo felicité con una sonrisa y dándole una palmada cariñosa en el hombro.
Cuando dijo que quería verme sonreír, irónicamente la cara se me llenó de tristeza... todos querían verme sonreír, pero yo siempre arruinaba todo, tenía a todo el mundo pendiente de mí... con mucho esfuerzo logré componer una sonrisa cuando se declaró culpable de querer verme sonreír - culpable... mmm... y qué castigo que pondré... ah! ya sé... pon tus ojos multicolor otra vez - pedí sin borrar mi melancólica sonrisa.

Sonreí cuando me felicitó, con cierto orgullo.
Esbocé una sonrisa triste cuando ella dejó de sonreír. Otra vez esa melancolía que la caracterizaba. En cierto modo no me gustaba verla así, pero por otra parte ese aire triste y melancólico había conseguido robarme el corazón.
-¿Otra vez? -dije con aire cansado, pero aún así hice lo que ella me pedía. ¿Cómo podía negarme?
Cuando devolví mis ojos a la normalidad sonreí levemente y los posé en los suyos de nuevo.
-¿Suficiente castigo? -pregunté con una sonrisa.

Cuando preguntó "otra vez?" en tono cansado pensé que no lo haría, estuve a punto de disculparme, pero él cambió el color de sus ojos y yo sonreí, maravillada... moría por hacerlo yo también. Ya aprendería y le mostraría a Lupin que también podía hacerlo.
- sí, creo que es suficiente... gracias - dije con una sonrisa algo tímida - hey Lupin... yo... no quiero que pienses que te uso como atracción de circo o algo así... digo, si te molesta que te pida que cambies de apariencia, entonces dímelo y ya no te lo pido de nuevo - dije avergonzada mientras que hacía encoger la caja de música con un movimiento rápido de mi varita.

Su sonrisa maravillada fue como un soplo de aire fresco. Me devolvía la esperanza de poder verla feliz. Claro que cada una de esas sonrisas sólo eran un espejismo, luego siempre volvía la melancolía.
"Lupin" pensé algo abstraído. No me gustaba demasiado que me llamara por mi apellido.
-No me molesta -musité levemente con una sonrisa sincera. No podía molestarme si conseguía que dejara atrás la trsiteza, aunque sólo fuera por un segundo.
-¿Te vas? -pregunté cuando hizo encoger la caja de música.

Me dijo que no le molestaba y sonreí complacida. Al menos ya no estaba metiendo la pata, como se suponía que siempre lo hacía... lo miré y sonreí agradecida.
Cuando me preguntó si me iba, negué con la cabeza, mientras me cubría mejor con su chaqueta - no... es sólo que esta caja me trae malos recuerdos, no quiero verla - dije encogiéndome de hombros - te la regalaría si es que no fuera un regalo - dije al ver su expresión de curiosidad.

-¿Malos recuerdos? -dije mirándola- A mí me parece que son recuerdos felices. Se te veía muy contenta... -murmuré débilmente. ¿Cómo podía ser que recuerdos tan alegres pudieran entristecer tanto a una persona.
-Si es un regalo no te desprendas de ella -dije mirándola fijamente- Los regalos no tienen valor en sí mismos. Cobran valor en señal de recuerdo de la persona que te hizo ese regalo- musité mirándola a los ojos.

Cuando dijo que se me veía contenta, sonreí levemente - [color=hotpink]Era feliz en Beauxbatons... pero esos tiempos ya pasaron... hay muchas cosas que cambiaron y que cambiarán en mi vida... para qué recordar las cosas felices si lo único que hacen es decirte que nada volverá a ser como antes? - pregunté con algo de tristeza.
Cuando habló sobre los regalos lo escuché atentamente... tenía razón, pero qué hacer con el regalo que recibí hace poco. Suspiré - justamente acaba de llegarme un regalo del que me quiero deshacer porque es demasiado doloroso... pero supongo que no puedo - dije tratando de que las lágrimas no caigan

Escuché lo que decía y negué con la cabeza.
-Te recuerdan que nada volverá a ser como antes, sí -dije meditando cada palabra- Pero también te recuerdan quien fuiste una vez. Los recuerdos están para indicarnos quienes somos y que cada parte de la vida tiene su momento único e irrepetible...
-No te deshagas de ese regalo -dije mirándola- Simplemente por cortesía hacia quién te lo regaló... Aunque a veces los regalos no sean del todo gratos...
Me encogí de hombros débilmente, sin saber qué más decir.

- Pues hay cosas que preferiría olvidar... un obliviate me vendría bastante bien - dije pensativa, mientras muchas escenas de mi vida pasaban por mi mente, muchas de ellas tenían a Pierre. - gracias a Dios son momentos irrepetibles... suficiente con que ocurran una sola vez - dije casi sin pensar, pero ya lo había dicho cuando me di cuenta, así que ya no había forma de arreglar la metida de pata.
- Si tu novia hubiera muerto y hubieras recibido un regalo que ella habia mandado a preparar para ti y lo recibes después de que ella murió... qué pensarías? qué harías con el regalo? - pregunté, esperando que me ayudara con mi dilema.