Un mar de dudas [Victoire]

Había salido del castillo, ya que en la Sala Común de Gryffindor había mucho alboroto ese día. Necesitaba pensar, y mi Sala Común no era la mejor opcíón. Aproveché que hacía un poco de frío y no habría mucha gente por los jardines, así que me dirigí hacia allí.
Empecé a pasear tranquilamente, pensando en las dudas que asaltaban continuamente mi cabeza. Y todas tenían un nombre en común: Victoire Weasley. No entendía qué le pasaba conmigo. ¿Sólo pretendía jugar o era algo más? Muy difícil de saberlo, ya que una veces era fría como un témpano de hielo y otras cálida y dulce. Y estaba empezando a liarme demasiado.

Tenía un sinfín de tareas y asignaciones, pero no tenía cabeza para hacer ninguna... hacía poco me había llegado un juego de pendientes, collar y anillo que Pierre había mandado a preparar con mucha anticipación por nuestros 3 años de noviazgo. Me había caído fatal recibirlo... seguro su familia no sabía de aquello y no canceló el envío. No quería hablar con nadie así que decidí sentarme a hacer nada en el jardín...
Sólo había traído conmigo una caja de música que él me había regalado hacía poco... cada vez que la abría salía una especie de holograma de muchas personas conocidas para mí y sonaba una de las canciones de "Banshee" la banda de música que tenía en Beauxbatons.
Abrí la caja y me escuché a mí misma cantar una de las mejores canciones que teníamos: "Imperio"
"Saca tu varita y grita Imperio... todos a rockear!" sonó el coro y yo sonreí con amargura... esos tiempos jamás volverían.

Estaba empezando a pensar demasiado. La cabeza ya casi me daba vueltas, y sentía que me iba a explotar si seguí pensando en ella. Con mucho esfuerzo conseguí pasear dejando la mente en blanco. Justo entonces escuché una música que provenía de cerca. La voz me llamó la atención, mucho. Era tan llamativa... Pero sonaba como lejana, no como si alguien estuviera cantando en ese mismo momento.
Me acerqué hacia la fuente del sonido y... vaya. Justo la persona en la que había dejado de pensar aparecía en ese momento para volver a llenar mi cabeza de pensamientos. La miré durante un momento y entonces ella levantó la mirada y nestros ojos se encontraron. Sonreí levemente. Ya no había manera de escapar, tendría que enfrentarme a mis pensamientos confusos.

Escuché un ruido y pensé que la persona que estaba ahí pasaría de largo, pero noté que se me quedaba mirando. Levanté la mirada y me encontré con los ojos de Ted Lupin... con tantos alumnos en Hogwarts, tenía que ser justamente él!
Cerré la caja y traté de sonreír, sin éxito. Me sentía demasiado mal.
- Bonjour, monsieur Lupin - saludé en francés, pronunciando su apellido también en francés, que sonaba diferente a la pronunciación en inglés, muy diferente.
Esperaba que me saludara y que se fuera... no podía hablar con él de lo que me pasaba... además nuestra relación era extraña, demasiado extraña y no sabía exactamente cómo reaccionar ante todo lo que pasaba con nosotros.

cuando me saludó sonreí levemente. Así que en francés. Aunque no quería reconocerlo me encantaba cómo sonaba su voz en francés. Era demasiado atractiva y llamativa. La miré con algo de molestia fingida.
-Bonjour, mademoiselle Weasley -respondí con marcado acento inglés sonriendo traviesamente. Eso y poco más sabía decir en francés.
Me acerqué a ella, manteniendo una distancia prudente.
-¿Cómo estás? -pregunté mirándola. Notaba una cierta tristeza en sus ojos. Había creído ver por un momento que la figura que cantaba era la de ella. Pero so voz sonaba tan alegre, tan diferente a la tristeza con la melancolía con la que acompaña a sus palabras desde que la conocía...

Su respuesta en francés con acento inglés me hizo sonreír, qué tenía Ted Lupin que lograba hacerme sonreír aunque la estuviera pasando mal?
- Eso ha estado terrible, Lupin... voy a tener que enseñarte cómo pronunciar el francés! - me quejé.
Cuando me preguntó cómo estaba, suspiré - la verdad, no muy bien... no termino a acostumbrarme del todo a Inglaterra... extraño a mis amigos, a Beauxbatons, a.... - iba a decir Pierre, pero hubiera sido un gran error... teniendo en cuenta la relación rara que tenía con Ted - te hablé de los chicos de Banshee? - pregunté como si me hubiese referido a ellos.

Reí cuando dijo que tendría que enseñarme a pronunciar bien en francés.
-Vale, supongo que sonó ridículo mi acento inglés -sonreí. Vi que podríamos mantener una conversación serena y sin recelo, al menos de momento, así que me acerqué a ella y me senté a su lado.
-Bueno, cambiar de aires siempre es complicado... -musité mirándola. Noté cómo recelaba un momento antes de nombrar a Banshee- creo que algo me contaste, pero no mucho -musité- No me has hablado mucho de tu vida en Francia -dije con algo de amargura, pero sonriendo.

- No sonó ridículo, sonó terrible... y gracioso - dije sonriendo de buena gana - haré que me hables en francés cuando necesite reír - dije sin borrar la sonrisa.
Cuando dijo que cambiar de aires era complicado, asentí. Dijo que algo le había comentado de Banshee, pero en general no le había hablado mucho de mi vida en Francia - no tiene mucho sentido hablar de mi vida en Francia... - dije mientras lo miraba - Banshee... era la banda de música que teníamos unos amigos y yo... éramos un éxito - sonreí con amargura y le tendí la caja de música - puedes oírnos si quieres... y ya no damos autógrafos - dije sonriendo tristemente.

-Bueno, aquí estará Ted Lupin para hacer el payaso y divertir a la señorita -dije haciendo una reverencia en broma. La miré fijamente. A veces todo parecía tan fácil con ella, y otras se complicaba tanto...
Asentí cuando dijo que no tenía mucho sentido hablar de su vida en Francia, auqnue creía que quizá le ayudara hablar de eso. "Claro, pero no contigo, idiota" me dije.
Me pasó la caja y la miré interrogante. Sí, me había hablado de Banshee, pero no me había dicho que ella cantaba con ellos. Pedí permiso con la mirada para abrir la caja, y cuando ella asintió lo hice y empezó a sonar una canción, cantada por ella. Pero su voz sonaba tan distinta a la de ahora. No tenía ese tono de tristeza y melancolía permanente. Ojalá pudiera recuperar esa alegría en sus ojos y en su voz. Pero era absurdo pensarlo. ¿Creía que yo solo podría devolverle esa alegría? "Vamos Lupin, no seas iluso.
Le devolví la caja con una sonrisa.
-Tienes una voz preciosa -musité mirándola a los ojos.

Cuando dijo que estaba ahí para divertir a la señorita, no pude reprimir una pequeña carcajada... era tan gracioso a veces... era tan fácil estar con él... y al mismo tiempo era tan, pero tan difícil...
Agradecí que comprendiera el por qué no quería hablar de mi vida en Francia... me recordaba a mis amigos, a Beauxbatons... a él... y no quería hablar de Pierre con él. Me sentía demasiado mal...
Vale, debí pensarlo antes de enrollarme con él, pero no era responsable de mis actos esa noche... y bueno, los encuentros posteriores eran un error... no podía hacer eso ni con Ted, ni con Pierre... soy tan despreciable...
Dijo que tenía una voz preciosa y sonreí - merci - dije antes de desviar la mirada... su mirada me ponía nerviosa - aunque deberías decir que tenía una voz preciosa... ya no canto... no más - suspiré

Mientras la oía cantar no podía dejar de pensar en lo que me hubiera gustado conocer a esa Victoire tan risueña y contenta. Si ya me había anamorado completamente de ella aún siendo tan triste y melancólica, no quería ni imaginar cómo sería si fuera la que era antes.
-Una lástima que no cantes -musité -deberías volver a hacerlo, me encantaría oirte cantar -me arrepentí al momento de decir eso. ¿A qué estaba jugando? No quería hacerla sentir mal, y así sólo lo conseguiría.
Vale, nos habíamos liado, pero ella parecía arrepentirse de lo que había sucedido esa noche. Claro que también había pasado alguna vez más después. Y yo me estaba volviendo loco. Era completamente sentirla tan cerca y a la vez tan lejos de mí.

Cuando dijo que debería volver a cantar le dediqué una débil sonrisa - tal vez... algún día... quién sabe - respondí.
Me sentía mal por lo que le estaba haciendo a Ted. Estaba actuando tan hot&cold que ya debería estar harto de mí, pero él seguía a mi lado, sin importarle nada y yo no sabía cómo agradecerle.
Estaba muy confundida y el hecho de habernos liado en Halloween no ayudaba... y no ayudaba que lo hayamos hecho un par de veces más... mi cabeza era un lío y seguro que la suya también, al punto que no sabía cómo reaccionar con él - así que... te encantaría... - dije pensativa... vale... por qué no?
- bueno... pero si salen dañados tus tímpanos, no respondo - dije mirando al vacío, mientras empezaba una canción bastante triste y sentía que algunas lágrimas corrían por mi mejilla - Des images me reviennent comme des souvenirs tendres
d'une ancienne ritournelle autrefois en décembre...

Sonreí amargamente cuando dijo que quizá algún día lo haría. Me encogí de hombros levemente y desvié la mirada.
Suspiré lentamente, pensando en que estaba cometiendo un error muy grande permaneciendo a su lado. La estaba confundiendo mucho y yo me estaba enamorando cada vez más de ella. Llegaría el momento en el que no podría resistir más tenerla a medias, y en ese momento ambos sufriríamos.
Por suerte, sus palabras volvieron a sacarme de mis tristes pensamientos. Sonreí cuando dijo que cantaría, pero cuando empezó a hacerlo la sonrisa se me borró, formándose un nudo en la garganta.
Bajé la mirada, sin poder mirarla a los ojos.
-Lo siento -fue lo único que fui capaz de decir cuando terminó.

- Está bien... esta canción siempre me pone triste... y no ando de ánimos para cantar algo alegre y feliz - dije secándome las lágrimas y tratando de sonreír. - Ves? te dije que TENÍA buena voz... ahora suena horrible - dije tratando de animarme un poco.
Quería que se quedara a mi lado y quería que me dejara sola... la verdad no sabía ya qué quería con él... lo único que sabía era que había cometido un gran error al enrollarme con él. Pero bueno, no podíamos cambiar el pasado.
Me recosté contra el árbol y lo miré de reojo - no es normal que la gente ande por el jardín en días fríos como éste... a menos que seas Victoire Weasley... pasa algo malo, Lupin? - pregunté

-No suena horrible -dije alzando la mirada y buscando sus ojos- Suena diferente, mucho más triste que antes... -dije mirándola con una dulzura que no había preparado .
La miré un momento más y desvié la mirada con una pequeña sonrisa amarga. Ojalá algún día pudiera volver esa otra Victoire. Aunque no la tuviera conmigo, pero al menos sería más feliz de lo que era ahora.
-No, no pasa nada malo -musité levemente- Simplemente necesitaba pensar. Y en mi Sala Común hay demasiado revuelo y poca tranquilidad...

Sonreí al escuchar cómo me hablaba... si no hubiera conocido a Pierre tal vez me hubiera fijado en Ted... pero en qué diablos estaba pensando?
- bueno... es lo que hay... supongo que la palabra "felicidad" no está en mi destino - dije desviando la mirada, arrepintiéndome al instante de mis palabras.
- Vaya... venimos a pensar al mismo lugar, eso es bastante curioso - dije mirándolo fijamente - mi sala común no es tan bulliciosa, pero odio a la gente que hace preguntas - suspiré

Negué con la cabeza con amargura cuando dijo que la palabra felicidad no estaba en su destino. Por un lado eso me dolía. Aunque no tenía derecho a reprocharle que lo dijera.
-Este lugar es ideal para pensar -musité levemente. La miré directamente a sus ojos, hundiéndome en ellos, sintiendo que podría ahogarme en esos ojos.
Iba a preguntar algo, pero su útima frase me echó para atrás.
-Sí, supongo que es molesto que anden siempre preguntándote -me encogí de hombros- No lo sé, yo no soy tan interesante...

- pues sí... todos preguntándome... por él... deberían tener un poco más de tacto... - dije encogiéndome de hombros - no pretendo que me tengan lástima o hacer que mi vida sea la telenovela más comentada de Hogwarts... aún no acepto todo lo que ha pasado y no quiero hablar de eso porque de verdad duele... no porque quiera hacerme a la interesante... - susurré con tristeza
Cuando dijo que no era tan interesante, suspiré - yo creo que eres muy interesante, Ted Lupin... mira que no es común ser un metamorfomago... debe ser divertido poder tener la capacidad de lucir como te de la gana... si yo fuera metamorfomaga tendría el cabello de color azul cielo - dije riendo - y pondría mis ojos multicolores para que todos flipen! - dije pensativa.

Me mordí el labio inferior cuando habló de... él. Al final todo se reducía a él... No es que no lo comprendiera, pero me dolía. Me dolía porque sentía que estaba luchando por algo que no me pertenecía, que nunca sería del todo mío. No tenía ningú derecho a luchar por ella.
-Bueno, quizá sólo quieran ayudar -musité levemente... Sí, como yo, que sólo quería ayudar y estaba empeorándolo todo.
Sonreí intentando dejar atrás mis pensamientos cuando ella volvió a hablar de mis habilidades.
-¿Algo así? -dije poniendo mis ojos multicolores cuando ella lo comentó. Vale, sería capaz de hacer cualquier cosa por verla sonreír, me delaraba culpable de eso...

Noté su expresión cuando hablé de Pierre... y aquí venía Victoire Weasley a arruinarlo todo... de nuevo! definitivamente en este último mes había metido la pata más veces que a lo largo de toda mi vida. Cuando dijo que sólo querían ayudar, sonreí - bueno... supongo que sí, que sólo quieren ser amables conmigo y quieren ayudar
Sonreí al ver sus ojos multicolores - eso! eso mismo! - dije entusiasmada, mientras lo miraba fijamente a los ojos, totalmente ilusionada - algún día aprenderé a hacer eso con un hechizo, te lo juro - dije con determinación, sin apartar mis ojos de los suyos.

Su cara de ilusión hizo que mi corazón diera un vuelco en mi pecho. Por un momento vi en sus ojos la misma chispa de felicidad que había visto en el holograma que me había enseñado. Tal cosa me desconcentró notablemente y mis ojos empezaron a cambiar de color intermitentemente, sin poder evitarlo.
Cuando conseguí controlarlo la miré con una sonrisa de disculpa, devolviendo a mis ojos su color habitual.
-Vaya, lo siento -dije encogiéndome de hombros - es ridículo que un metamorfomago experto tenga problemas con su poder...

Reí cuando dijo que tenía problemas con su poder - pensé que lo hacías a propósito para que me riera - dije sin dejar de reír - fue divertido... gracias - susurré con sinceridad. Ted era tan lindo conmigo y yo era una egoísta malvada... sabía que le hacía daño, pero de alguna forma, tenerlo cerca hacía que todo pareciera más fácil.
- Ted... podrías... - por un segundo pensé que tal vez él podría modificar sus facciones hasta hacerlas iguales a las de Pierre, pero era una locura y eso lo mataría...
sabía que parte de ese dolor que sentía era porque no había podido despedirme de él, decirle muchas cosas...
- nada, olvídalo... son tonterías... - dije tratando de sonreír.

Sonreí cuando dijo que lo hacía a propósito.
-No voy a negar que me encanta verte reir -musité con una pequeña sonrisa- Pero no lo hacía a propósito... Me pusiste nervioso -sonreí desviando la mirada.
La miré interrogante cuando parecía que iba a pedirme algo. Pero al parecer se había arrepentido.
Tomé sus manos entre las mías con seguridad.
-Puedes pedirme lo que quieras -sonreí acariaciando sus manos.

Correspondí a la sonrisa cuando dijo que que le encantaba verme reír y cuando dijo que lo ponía nervioso, bajé la mirada, algo sonrojada... habían ocasiones en las que no sabía cómo reaccionar con él y me ponía nerviosa y ésta era una de esas ocasiones. Traté de sonreír, pero no pude... eran demasiados sentimientos encontrados dentro de mi cabeza y corazón.
Tomó mis manos entre las suyas y noté que mis manos estaban heladas a comparación de las de él... seguro que se debía al tiempo que había permanecido aquí afuera. Me dijo que podía pedirle lo que quisiera y yo negué - no... no puedo hacerlo... ya olvídalo, Ted... era una tontería, en serio - sonreí débilmente, tratando de ocultar la tristeza que me embargaba...

Dijo que no podía pedirme lo que estaba pensando y me encogí de hombros con algo de pesar. Bueno, quizá fuera sólo una tontería. Claro que su rostro decía lo contrario. Pero qué más daba. Tampoco iba a obligarla a que me lo dijera.
Noté sus manos frías y la miré escrutando su rostro. Seguro tendría algo de frío. Me quité la chaqueta, quedando en manga corta, y la tendí por encima de sus hombros.
-¿En Francia hace tanto frío como aquí? -pregunté sonriendo. La pregunta no era más que una excusa para que me hablara de como era Francia, de cómo vivía allí. Apenas me había contado nada de allí, y yo quería conocer quien era antes de que la tristeza invadiera su corazón de la manera que lo había hecho.