Objetos olvidados [Albus]

Caminaba por el pasillo del septimo piso sin prisa ninguna, observaba a todos los gryffindors caminar por el pasillo, era normal la guarida de los leones era por aqui, caminaba por alli y cuando me quise dar cuenta el pasillo estaba vacio, no faltaria mucho para la hora de cenar y todos los leoncitos como buenos alumnos bajarian al gran comedor a disfrutar de la cena, mientras tanto yo, continue con mi "paseo" llegando a la pared donde comenzaba a aparecer la enorme puerta de la sala de los menesteres, cuando aparecio por completo la abri y pase, estaba llena de objetos llenos de polvo, algun sofa y poco mas - Porfin un sitio donde nadie me molestará - dije en voz alta escuchando como resono en toda la habitacion.

Se había acercado demasiado a la sala común de Gryffindor, quería tener la oportunidad de ver a su hermana, pero todo eran chicos y chicas, grandes, pequeños, vestidos con alguna cosa que denotaba que era leones y una serpiente que se movía entre ellos, como era Albus. Con rostro serio y de indiferencia, pues casi todos le caían igual, pocos tenían la suerte de conocerle bien, su familia y alguna amiga, nada más. No sabía donde ir cuando se dió cuenta que estaba solo por el pasadizo donde caminaba en ese instante. Seguro que todos estaban en el gran comedor, saciando su hambre, despues de un duro día de estudio.

Él no, últimamente mucha hambre no tenía y prefería comer cuando había menos alboroto. Cuando se acercó a un pasadizo que conocía bien, se acercó a la pared, donde estbaa la sala de los menesteres, solo quería un lugar donde relajarse y donde nadie molestara, la puerta apareció, genial, así nadie la estaba usando. Justo en el instante que abrió la puerta, se giró de cara a esta, cerrándola y se volvió hacia la sala que delante de sus ojos se había creado, se percató que no estaba solo. Estaba también, su mejor amiga Estela Waugh, que además de llevarse muy bien y mostrar esa faceta más amigable y no tan serio, era una chica guapa y eso no pasaba desapercivido para el joven Slytherin. Saludó a Estela con una sonrisa, diciendo - Vaya, al parecer hemos pensado en la misma sala, donde nadie nos molestara - Sonrió, acercándose con una sonrisa, llevaba una camiseta de Slytherin con las mangas por encima los codos y unos pantalones de traje negros.

Escuche el sonoro ruido de la puerta de la sala de los menesteres abrirse y cerrarse, el pasillo de fuera aun estaba en silencio, me gire levemente para ver quien era mi nueva compañia , que si no me equivocaba, buscaria algo de relajacion como yo lo que queria decir que no se iria para dejarme sola. Entonces vi a Albus entrando por la puerta y caminando hacia mi, Albus era una de las pocas personas que conocia mi autentica personalidad, sin ningun tipo de mentira, era lo que se podia considerar mi mejor amigo y en el fondo algo mas que eso puesto que Albus era de los chicos mas guapos de Sly y posiblemente de la escuela - Dicen que las mentes brillantes piensan igual - dije al escuchar lo que me dijo y sonrei mirandole, haciendo un hueco grande en el sofa en el que estaba sentada.

Ella se giró y le observó, primero con una cara de, a quien se le ocurre molestar mi descanso. Pero cuando vió al chico y que caminaba hacia ella, seguro que sus pensamientos cambiarian. La verdad es que él estaba contento de encontrársela allí. Así, además de no estar solo, estaría con una de sus mejores amigas, una chica que conocía al Albus más sincero y buen amigo que se podía tener. Además, él, a parte de una gran amiga, le consideraba una d elas chicas más guapas, no solo de Slytherin, sinó de Hogwarts, aunque su mente estuviera ocupada por otra chica, de Gryffindor, también había espacio para pensar en lo guapa que era esa chica.

Ella sonrió trás decirle que las mentes brillantes piensan igual y le dejó un hueco en el sofá. Con una sonrisa sincera, respondió - También dicen que las mentes brillantes tienden a preferir pasar un buen rato a solas o con poca compañía y relajados, antes de comer? - Se rió ante su comentario, para sentarse a su lado y acariciar el brazo de Estela con suavidad y besar su mejilla en un gesto cariñoso que siempre tenía con ella, pues era un poco, un señal de educación para él, aunque no lo hacía por obligación, sinó por tener el detalle con esa chica, que además de ser su mejor amiga, era su mejor confidente, hasta cierto punto.